La educación de un bebé o niño ciego
El papel de
la sociedad delante de un niño que tenga una discapacidad ocular es sumamente importante para
que el niño se sienta integrado, considerado y respetado. Un niño con algún
impedimento, si es bien atendido, educado, y aceptado, podrá hacer las mismas
cosas que cualquier otro niño, sólo que de un modo distinto. La actitud de
respeto debe empezar desde el momento en que se detecte la discapacidad. No hay
que limitar sus posibilidades por la simple razón de que el niño tenga una
dificultad. Al contrario, hay que animarle y enseñarle las vías por las cuales
podrá hacer lo que desea.
La educación y el adiestramiento es una defensa para
el niño
La educación
es muy importante en estos casos para vivir con autonomía. No sería aconsejable que un niño ciego
cruce una calle sin antes haber recibido el adiestramiento debido en clases de
movilidad vial. Pero peor sería pensar que ese niño ciego jamás pueda cruzar
una calle por si mismo. La conciencia de reforzar a un niño ciego para que
pueda lograr lo que un niño sin discapacidad consigue, debe estar presente en
todos los rincones de la sociedad, en casa, en la escuela, en calles, parques,
etc. Así le estaremos dando la oportunidad de que sea y se sienta productivo
dentro de la sociedad.
Causas de la ceguera infantil
Una persona
funcionalmente ciega es aquella que no ve nada (ciego total) o que solo posee
una percepción de la luz u otros destellos. Las causas de esta discapacidad
residen en:
-
Enfermedades de origen hereditario: como cataratas congénitas, rinitis, miopía
degenerativa, etc.
- Enfermedades de origen congénito: atrofia del nervio óptico, pérdida de agudeza visual, rubeola durante el embarazo.
- Trastornos de origen traumático: en la retina, excesiva administración de oxígeno en la incubadora, retinopatía diabética, desprendimiento de la retina.
- Trastornos producidos por tumores, virus o tóxicos: tumor en la retina, inflamación y degeneración del nervio óptico.
- Enfermedades de origen congénito: atrofia del nervio óptico, pérdida de agudeza visual, rubeola durante el embarazo.
- Trastornos de origen traumático: en la retina, excesiva administración de oxígeno en la incubadora, retinopatía diabética, desprendimiento de la retina.
- Trastornos producidos por tumores, virus o tóxicos: tumor en la retina, inflamación y degeneración del nervio óptico.
Aspectos del desarrollo del niño ciego
La
sensibilidad cutánea, la capacidad del tacto, y la audición son capacidades que
se debe estimular y desarrollar por un niño ciego. A través de esas
sensaciones, el niño podrá conocer su espacio. El oído, por ejemplo, permite al
niño diferenciar sonidos, localizar y detectar obstáculos e identificar
personas y objetos. En cuanto a los sentidos químicos, el gusto y olfato, no
existen estudios relacionados. La educación de un bebé ciego tiene como
objetivo conseguir su maduración y desarrollo de acuerdo con sus posibilidades.
El papel de los padres es importante. Deben considerar que:
- Deben
fomentar la exploración del bebé de las distintas partes de su cuerpo.
- No deben
impedir la actividad motriz por miedo a las caídas.
- El
desarrollo del tacto y el oído es importante para que el niño perciba los
sonidos y descubra de donde proceden.
- Deben
fomentar los comportamientos pre verbales del bebé (la sonrisa, el llanto...).
- Deben
estimular la exploración del entorno, asignando palabras a los objetos.
- Deben
ayudar al niño a desarrollar actividades de la vida diaria como coger el biberón, el chupete, utilizar los
cubiertos, vestirse y desvestirse solo, indicar cuándo se orine, etc.
Un bebé ciego reconoce las personas por los sonidos
que producen
Es necesario
saber que en los primeros meses de vida, el desarrollo de un niño ciego es
similar al de un vidente. A partir del cuarto mes de vida, las diferencias son
más evidentes. Para un bebé ciego, las personas existen a través de los sonidos
que producen. Entre los 7 y 9 meses, el bebé ciego comienza a buscar objetos
que ya conocen. Y entre los 9 y 12 meses, saben buscar el objeto en el sitio
que lo dejó.
En cuanto al
desarrollo postural y motor de los bebés ciegos suele ser casi igual que el de
los videntes. Sólo se retrasa el gateo que es entre los 12 y 13 meses, y el
caminar hasta los 19 meses. El lenguaje adquiere un papel fundamental en el
niño invidente, principalmente para acceder a operaciones concretas. Si un niño
ciego no recibe afecto ni estimulación ambiental, puede convertirse en un niño
pasivo, incapaz de enfrentarse de acuerdo con las situaciones ambientales, se
sentirá inferior, y deficiente cuanto a su imagen corporal.
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